A pesar de la censura de la época, que impuso el final de la película a Juan Antonio Bardem, Muerte de un ciclista se mantiene impoluta como una de las obras imprescindibles del cine español. De una intensidad insoportable por momentos, la historia arrastra a los personajes por los vericuetos del egoísmo, el remordimiento y la culpa. Magníficamente fotografiada e interpretada, Muerte de un ciclista nos recuerda el porqué vivimos irremediablemente enamorados de este invento que es el cine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario