Enésima vuelta de tuerca a la pérdida de la inocencia, a los veranos que marcan vidas, “Krámpack” se convierte en imprescindible al tocar con sinceridad la homosexualidad latente. Una acertada puesta en escena que recuerda a Rohmer por su naturalidad hace que el espectador comparta con los protagonistas las risas y los miedos, el despertar sexual y el amor que lo cambiará todo. Ya nada será igual después de esas vacaciones, así lo demuestran las miradas.
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