Hulk supone una estupenda sorpresa. Dejando atrás los artificiosos efectos digitales, la película se centra en la historia y los personajes. Es imposible no empatizar con el desarraigo de este moderno doctor Jekyll, obligado a esconderse del mundo y de sí mismo. Hulk representa así la rabia que subyace en nuestra sociedad, el reflejo de lo que fuimos antes de que un millón de normas y leyes encarcelaran nuestros instintos. La cansada mirada del monstruo termina resultando más humana que el odio que la rodea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario